La vigencia de Lenin nacido hace 150 años
- La Juventud Diario
- 22 abr 2020
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En la primera fotografía Lenin, y luego, Fidel el 27 de junio de 1972 ante el mausoleo en Moscú.
Un 22 de abril de 1870 nacía en Rusia quién sería el conductor de la revolución que en 1917 transformaría el mundo. Murió el 21 de enero de 1924.
Publicamos parte del discurso pronunciado en La Habana por Fidel Castro conmemorando los 100 años de nacimiento del fundador de la nación soviética.
Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en la conmemoración del Centenario del Natalicio de Vladimir Ilich Lenin, efectuada en el Teatro “Chaplin” de La Habana, el 22 de abril de 1970.
El nombre de Lenin es algo sumamente familiar para todos nosotros. No vamos a hacer un panegírico de Lenin. No nos atreveríamos a hacer un panegírico de Lenin, porque siempre nos quedaría la preocupación de que las ideas no fuesen capaces de expresar todo lo que realmente la admiración encierra.
Quiero señalar los sentimientos que inspiran la actitud de nuestro pueblo hacia Lenin, para empezar diciendo que en primer término ese homenaje, ese interés, esa multiplicidad de formas en que se ha expresado la simpatía, la admiración, el reconocimiento y el cariño de nuestro pueblo hacia Lenin, ha sido algo extraordinariamente espontáneo. No era solo el interés de nuestro Partido, de la dirección revolucionaria, de las instituciones oficiales, sino que fue también el interés espontáneo de todo nuestro pueblo.
Por eso, estas muestras de simpatía hacia Lenin se diferencian de lo que suele tradicionalmente caracterizar a muchas fechas históricas, que se convierten a veces en algo tradicional, algo convencional. En esta ocasión, el conmemorar una fecha que es —sin duda— una fecha histórica de extraordinaria trascendencia, puesto que nació un día como hoy uno de los hombres más extraordinarios de la historia, pero extraordinario no solo por sus condiciones humanas, sus extraordinarias condiciones revolucionarias, sino también, o —mejor aún— fundamentalmente por la extraordinaria repercusión que su vida y su actividad han tenido y tendrán en el mundo.
Es decir que conmemoramos una fecha de un profundo significado, y la hemos conmemorado como real y únicamente podíamos conmemorarla, es decir: con el sentimiento, con el corazón. Lenin es de esos casos humanos realmente excepcionales. La simple lectura de su vida, de su historia y de su obra, el análisis más objetivo de la forma en que se desenvolvió su pensamiento y su actividad a lo largo de su vida, lo hacen en realidad ante los ojos de todos los humanos un hombre verdaderamente —repito— excepcional.
Tuvo un maestro, que fue el fundador del marxismo. Dos maestros, sería mejor expresar: Carlos Marx y Federico Engels.
Nadie como él, fue capaz de interpretar toda la profundidad y toda la esencia y todo el valor de la teoría marxista. Nadie como él, fue capaz de interpretar esa teoría y llevarla adelante hasta sus últimas consecuencias. Nadie como él, fue capaz de desarrollarla y de enriquecerla en la forma en que él lo hizo.
Cuando Lenin era apenas un niño, ya figuraban en la historia de las doctrinas revolucionarias y en la historia del marxismo una serie de lumbreras filosóficas y políticas, una serie de famosísimos intérpretes de las doctrinas de Marx; cuando prácticamente nadie había oído mencionar el nombre de Lenin. Muchas de aquellas lumbreras que de una manera o de otra trataron de explicar, divulgar, desarrollar y aplicar las teorías de Marx, a lo largo de los años fueron opacadas por la figura y por la personalidad de Lenin en forma casi absoluta. Porque Lenin fue desde el primer instante no solo un teórico de la política, un filósofo de la política, sino un hombre de acción, un hombre de práctica revolucionaria constante e incesante, y le correspondió desarrollar aquella doctrina y aplicar aquella doctrina en condiciones tan difíciles, que resulta verdaderamente imposible imaginársela en situaciones peores….
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