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El ejemplo eterno de la victoria soviética en Stalingrado

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 25 ago 2019
  • 3 Min. de lectura

Un soldado soviético levanta la bandera de la URSS. Soldados alemanes en rendición.

El 23 de agosto de 1942 Stalingrado recibió su primer bombardeo usando los Heinkel 111 y Junkers 88 del general Wolfram von Richthofen, comandante de la Legión Cóndor durante el bombardeo de Guernica. Se lanzaron 1.000 toneladas de bombas y se perdieron tan sólo tres aeroplanos. Murieron no menos de 5.000 personas ese día. En esa semana morirían 40.000 de los 600.000 habitantes de la ciudad. Los enfrentamientos con las tropas alemanas habían comenzado en el mes de junio.

El triunfo de esta batalla trascendió los límites de la Unión Soviética e inspiró a todos los aliados, incentivando la resistencia en todas partes. El rey Jorge VI de Inglaterra le regaló a la ciudad una espada forjada especialmente en su honor, y hasta el poeta chileno Pablo Neruda escribió el poema «Canto de amor a Stalingrado», recitado por primera vez el 30 de septiembre de 1942 y el poema «Nuevo canto de amor a Stalingrado» en 1943, celebrando la victoria, lo cual transformó esta lucha en un símbolo y en un punto de quiebre para toda la guerra.

El III Reich perdió todo el 6° Ejército y parte del 4º Ejército Panzer, e incontables recursos materiales que no se pudieron reemplazar con la misma facilidad con que la URSS podía con sus propias bajas (aún más terribles incluso que las alemanas). De hecho, entre muertos, heridos y prisioneros la Wehrmacht había perdido más de 200.000 combatientes, muchos de ellos experimentados, que serían muy difíciles de reemplazar en poco tiempo.

El 23 de agosto Stalingrado recibió su primer bombardeo usando los Heinkel 111 y Junkers 88 del general Wolfram von Richthofen, comandante de la Legión Cóndor durante el bombardeo de Guernica. Se lanzaron 1.000 toneladas de bombas y se perdieron tan sólo tres aeroplanos. Murieron no menos de 5.000 personas ese día. En esa semana morirían 40.000 de los 600.000 habitantes de la ciudad.

El 29 de agosto, cuando las primeras líneas alemanas aparecían ya en el horizonte de Stalingrado, llegó a la ciudad Zhúkov, quien recientemente había sido nombrado Vicecomandante en Jefe, segundo después de Stalin.

Los primeros carros de combate alemanes llegaron a los suburbios el 1 de septiembre. En aquel momento convergían sobre Stalingrado, por el sur, las 29º y 14º Divisiones motorizadas; por el oeste se acercaban la 24º, 94ª, 71º, 76ª y 295ª Divisiones de infantería blindada; por el norte y hacia el centro de la ciudad, la 100ª División de cazadores, la 389º y 60ª División de infantería motorizada. La ciudad era defendida en ese momento sólo por unos 40.000 soldados contra el 6.º Ejército y el 4.º Ejército Panzer. Estas tropas no sabían (y no debían saber, por motivos de seguridad) que el Ejército Rojo preparaba una ofensiva a gran escala contra el 6.º Ejército alemán.

Se lanzó una contraofensiva que logró aliviar en parte la situación respecto del norte de la ciudad. La orden de Zhúkov era terminante: «¡No entreguéis Stalingrado!».

Según el cálculo más alto, si se incluyen a todas las fuerzas que pelearon en el Volga, murieron o fueron heridos 150.000 de soldados del Eje y 1.000.000 de soldados soviéticos -incluyendo prisioneros muertos en cautiverio y heridos muertos tras ser evacuados- y cerca de 2.000.000 de civiles encontraron su fin , incluyendo refugiados y gentes que vivían en pueblos y ciudades donde también se combatió,


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