El "By pass", las expropiaciones y el costo
- Prof. Pablo Freire
- 21 mar 2019
- 4 Min. de lectura

Movilización de vecinos de Sarandí Grande
En otro contexto, el tren de UPM generaría un gran escándalo
Por otro contexto entiéndase otro país u otra época de éste. Porque la falta de claridad en las respuestas, las contradicciones y la incongruencias son varias. Solo hay algo firme, el respaldo político de casi todos los partidos. Vayamos a una de las últimas polémicas públicas que con su bajo nivel anticipa lo que podrá ser la campaña electoral. Según afirman una actual y una ex ministra, de acuerdo donde cada uno reside es su forma de entender la sociedad. Es decir que, por ejemplo, si ellas tuvieran su residencia cerca de una vía férrea tendrían una visión crítica sobre el novedoso proyecto ferroviario. En realidad el mejor candidato sería quien viviera en una casa rodante.
El “by pass”
Uno de los temas que estuvo en los medios fue la movilización de los vecinos de Sarandí Grande, quienes con absoluta justicia expusieron el hecho de que el nuevo trazado iba a dividir en dos a la ciudad y por consiguiente a la vida de la comunidad. Finalmente se sumó a la movida el propio Intendente departamental, quien habría conseguido el compromiso del ministro de obras públicas de atender el reclamo popular. Todavía no es definitivo, no solo porque faltan estudios técnicos sino porque tendrá que pronunciarse la entidad que, en los hechos, dirige el proceso, la propia UPM. De todos modos, es ilustrativa la presencia del propio intendente acompañando a los vecinos para llegar al resultado esperado. No pasó lo mismo con la intervención de los intendentes de la zona metropolitana, más concretamente Montevideo y Canelones. Según informes de prensa, los dos jerarcas presentaron una iniciativa similar para el trazado en los respectivos departamentos, porque el efecto va a ser muy complicado para Montevideo y peor para Canelones porque en este segundo caso también habrá, no una sino varias ciudades divididas por la mitad. Los intendentes del sur no consiguieron nada y ni siquiera lo comunicaron, hombres de buenos modales seguramente. El de Montevideo se desentendió de los problemas que van a sufrir los vecinos de varios populosos barrios. El de Canelones aceptó sacrificar a la capital departamental, a Progreso, 18 de Mayo, Las Piedras y La Paz, dejando el papel de héroe para el de Florida. Y todavía hay algo peor. Porque se podría decir que llegan tarde con su pedido, que ya está todo estudiado, programado, presupuestado, etc. Y tampoco es cierto esto, como tantos informes oficiales sobre el tema. Durante la primera administración departamental del doctor Carámbula, la Intendencia creó el Centro de Estudios Estratégicos de Canelones, con la finalidad de contribuir al planeamiento estratégico a largo plazo que guiaría a los gobiernos del departamento. Esto fue hace varios años, tuvo un costo y produjo informes. ¿Sabrá algo de esto el señor intendente canario, por entonces secretario general de la comuna? Porque una de las actividades de dicho Centro fue una presentación pública, que se hizo en el local del ex bar Carlitos de Las Piedras y que tuvo como expositor principal al arquitecto Salvador Schelotto. Ahí se dijo que se preveía para un futuro, que finalmente llegó, el pasaje de un tren cada media hora, lo que provocaría que la ciudad quedaría dividida en dos partes. Como solución proponían dejar el actual trazado para los trenes de pasajeros y construir para los de carga una vía desde el kilómetro 32 hasta el puerto. ¿En qué papelera, en qué cajón de escritorio quedaron aquellos sesudos estudios, pagados por los contribuyentes, directa o indirectamente?
Las expropiaciones
Palabra ingrata, aunque inevitable en ciertas circunstancias vinculadas a la evolución urbanísticas y a la realización de grandes obras de infraestructura. Sería de sentido común que se prevean solo cuando son inevitables. Sin embargo, en lo que respecta al área metropolitana no parece ser tan así. En el caso de Las Piedras se plantea expropiar una larga franja de algo más de dos metros de ancho, al Este del actual trazado. Si bien es poco, para algunos vecinos es mucho, porque por el tipo de construcción, legal, puede ir a la demolición ya que lo que queda no da para una vivienda normal. Otros van a perder el espacio por el que deben transitar sus vehículos; cuando se trate de ambulancias u otros servicios públicos se verá. Es importante que nos preguntemos cuál es la necesidad de tales expropiaciones. Porque, aunque ahora olvidado, era de público conocimiento que desde hace decenas de años AFE tenía prevista la instalación de la doble vía en ese trayecto. Es decir, el terreno ya está a disposición del Estado. ¿Y entonces? La única explicación verbal que se dio fue que se busca eliminar una curva. ¿Y por qué? Para no afectar la velocidad de los trenes. Esto ni siquiera es racional, porque la velocidad va a estar afectada por la entrada y salida a la trinchera, a no ser que estén proyectando la montaña rusa más grande del mundo. Hasta podría haber algún fiscal o un juez que deba resolver el juicio de expropiación y lo niegue por innecesario.
El costo
El tema del costo proyectado no es menor. Porque las versiones que se publican van desde 800 millones de dólares hasta el triple. Por varios años. Con el agregado del puerto (200 más) y los accesos al puerto (50 más). Para entender lo disparatado de las cifras vale recordar cuánto le ha costado al Estado uruguayo, administrado por este mismo gobierno la renovación del trazado desde Florida a Rivera, por donde ahora corre un tren de pasajeros desde Tacuarembó a la capital fronteriza. 25 millones de dólares pagó el Estado uruguayo. El costo fue de 75, lo que incluye un subsidio de parte de un fondo del Mercosur (FOCEM). Cuántas obras impostergables quedan por el camino de tanto derroche solo para favorecer a una multinacional. Se me ocurre pensar en el Hospital de Clínicas, en la vivienda popular, en la educación publica. Hay tantas otras necesidades, como una obra teatral con final abierto.
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