Fallece el gran Jaime Torres
- Con Información de Página 12
- 25 dic 2018
- 2 Min. de lectura

Su música con colores andinos se escucha por todo el mundo.
Fue hoy tempranito (ocho y cuarto de la mañana) a poco más de tres meses de haber llegado a los ochenta años. Le habían inducido un coma en la Clínica Favaloro, pero no importa tal causa puntual, sino más bien la estructural. Jaime se fue de haber vivido lindo. Muy lindo. Tanto como la belleza de ese sonido que le sacaba al charango cada vez que le daba por desenfundar. A la primera nota, para el noventa y nueve coma nueve por ciento de los mortales que la escuchaban, el mundo parecía transformarse en otra cosa.
Había nacido en Buenos Aires, el 21 de septiembre de 1938 en San Miguel de Tucumán. Luego de una infancia porteña vivió desde los diez a los quince años con su padre , en las alturas de Bolivia , en Chumba Chica, un pueblo rural de las afueras de Cochabamba.
“Conocer Bolivia me marcó profundamente. Si bien yo, a esa edad, ya había percibido sus aromas, sus olores y sus lenguas a través de mis padres, era un niño de Buenos Aires que ni siquiera sabía que había nacido en Tucumán, porque me trajeron a los tres meses. Entonces, llegar a Bolivia y sobre todo al campo fue encontrarme en un país distinto y distante. Sorpresivo y nuevo. Me sirvió mucho, porque en la adolescencia uno descubre cosas bellísimas. Yo tuve que hacer un curso acelerado de quechua y aprender a nadar en las acequias. Y todas esas experiencias me sirvieron para la música. ¿Cómo olvidar las serenatas, las chicherías, las fiestas y el contacto con la gente del lugar?”, señalaba en declaraciones para Página 12.
Kommentarer