top of page

Editorial: El discurso oficial o cuando lo efímero, se vuelve constante

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 14 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

No constituye en estos días algo novedoso, que una de los mayores instrumentos de la recomposición de la política del capital financiero, busque su base electoral en el descontento generalizado de sectores de las capas medias y también de los trabajadores, que su propio desarrollo ha provocado. Ello es el resultado de políticas que se han instrumentado larga y sistemáticamente, desde la base del Banco Central, el ministerio de Economía y su patrocinador oficial que es ADM, con sus pantagruélicos almuerzos, dónde debaten los integrantes del gobierno, las cámaras empresariales, los gestores de la política económica y toda clase de ideólogos, así como los sindicalistas del oficialismo. Luego los politólogos oficiales y economistas liberales, sostienen que si se aumenta el salario o el “gasto” público, habrá inflación y se perderá el equilibrio de las cuentas públicas. En fin, una literatura efímera, que es la que recorre todos los lugares oficiales, mientras el gobierno se endeuda a nombre del estado, y del país, y a los uruguayos le quitan el dinero que empieza a escasear de sus cada vez menores ingresos por la vía de la inflación, y los impuestos que se extienden democráticamente entre todos los que perciben un ingreso. Después viene la canción de la “seguridad”, ocasionada por esta misma política llevada hasta el paroxismo, por la concertación de las voluntades políticas y el gobierno, que va creando todo tipo de condiciones para ver en la aplicación de políticas exclusivas de represión una vuelta a las políticas oligárquicas extremas, en la medida que el progresismo de extrema privatización y corrupción fracasa, a tal punto que no puede gobernarse a sí mismo, en la medida que ha perdido una base importante de sustentación social y política. El otro gran capítulo poco conocido por la población es el destino de nuestro recursos naturales, que tienen que ver con las principales inversiones que hemos tenido en el país en este siglo, aunque tienen su antecedentes en las últimas décadas del pasado, ellas son las enormes inversiones de capitales con destinos a la producción de madera, y enormes plantas de celulosa que requieren enormes e inimaginables recursos de agua para su desarrollo, cosa que en nuestro país abunda, por lo menos por ahora. Ello consiste en una de las mayores entregas de nuestra soberanía en recursos y bienes que no recogemos, y que se han manejado prácticamente en secreto, es decir, sin que la población conozca todas las implicancias productivas, financieras, e impositivas que ello supone para nuestro país. La enorme inversión extranjera, ha implicado no solo poner al gobierno y al país de rodillas ante el nuevo ser omnipresente sino que además, ello conlleva pliegos que se irán aprobando por partes, como una enorme remodelación del puerto de Montevideo y todos sus accesos por un tren que atravesará el país al sur del Rio Negro. Sin embargo el trabajo no vino una vez construidas las plantas de celulosa, y miles de pequeños productores han emigrado obligados del campo por las nuevas alianzas y garantías que ha dado el gobierno a tales inversores. A ello habría que agregarle las nuevas obras del tren en marcha que comienzan a tener su efecto en los desprevenidos ciudadanos que empiezan a recibir que los rieles pasaran por encima o debajo de sus casa, un capítulo de esa historia que recién comienza pero que tendrá sus consecuencias insalvables en la vida del país.


 
 
 

Comentários


Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
Noticias destacadas
Noticias recientes
bottom of page