top of page

La solidaridad no se paga pero se reconoce

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 10 sept 2018
  • 2 Min. de lectura

El tema que nos ocupa hoy, es un desalojo de predio municipal, algo que no ha tomado estado público porque ningún organismo estatal ha querido atender a esa familia. Nos referimos a una vivienda ubicada en el predio del Teatro de Barrio Lavalleja, en Instrucciones esquina Camino Santos, emblemático centro carnavalero para los vecinos del lugar, lugar que es cuidado y atendido por Graciela González y su esposo.

Hace 51 años Rúben Conde, constructor de la zona, edificó una casa en ese predio, que pertenecía a la familia Aguerrebere y fue enajenado por la Intendencia Municipal. No solo era un constructor, era un solidario habitante de la zona. Durante años tanto él como su señora, trabajaron honorariamente en función de los vecinos.

“Mis padres trabajaron muchísimo en forma honoraria en este barrio. Mi madre limpiaba la policlínica que estaba aquí enfrente, sin cobrar sueldo; recibía lo que mandaba la Intendencia como alcohol, vendas, etc; daba los números para la atención. Mi padre, Ruben Conde, construyó esta casa y muchas más en el barrio”, nos relata Graciela González.

Hoy tiene un cedulón pendiente de desalojo, que gracias a la gestión de su abogado ha ido extendiendo el final. Así nos explican los moradores:

“En ningún momento vino nadie a decirnos nada sobre porque nos teníamos que ir de aquí, a decirnos miren la Intendencia precisa este lugar. Este predio era de los Aguerrebere y la Intendencia se apropió del terreno. El Alcalde, Gastón Silva, nunca nos pudo recibir. Hemos ido personalmente y se nos decía que estaba muy ocupado y lo veíamos hablando por celular.

He ido al MIDES y al BPS, este hace dos años que me tiene a cuentos. El MIDES dijo que iban a mandar asistentes sociales. En la Junta Departamental no nos quisieron escuchar. Fuimos al Palacio Legislativo para hablar con la Senadora Daisy Tourné y la secretaria nos derivó a otros lados.

Una secretaria del Intendente Martínez llegó a decirnos que diéramos gracia de haber vivido 51 años sin pagar alquiler.

Si nos sacan de acá vamos a la calle. Mi esposo se quedó sin trabajo, yo (Graciela González) tengo un problema de columna que me impide trabajar, soy diabética, hipertensa, y cardiaca.

Opté por ir a la 36 porque nadie me quiere escuchar, y quiero hablar”.

Educada en la solidaridad hacia el barrio, Graciela tiene el beneplácito del barrio para seguir viviendo allí y ejerciendo su apoyo al Teatro.

“Nosotros hoy en día apoyamos todo el trabajo del Teatro de barrio, nos dejan las bebidas, hasta plata para guardar. Tenemos el apoyo de los vecinos de aquella época que van quedando con vida y otros muchos, junté 150 firmas de apoyo”.


Comments


Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
Noticias destacadas
Noticias recientes
bottom of page