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Los olvidados que dicen presente

  • Por Marcelo Peña
  • 25 ago 2018
  • 2 Min. de lectura

El árbol crece desde la raíz me dijo un día en un estadio de fútbol un veterano mientras armaba su tabaco y miraba de reojo el partido. Aplicable a lo que hoy ocurre en el fútbol uruguayo fuera de la cancha. Con un sector de dirigentes atornillados a sus puestos como habitualmente ocurre en la política nacional con algunos diputados y senadores que nunca se quieren parar de los cómodos sillones del Palacio. El fútbol es la pasión del pueblo uruguayo y en él se da lugar para que aparezcan buenos dirigentes, como los hay y en cantidad, tipos honorarios que dejan horas de sus trabajos y sus familias para el bien colectivo, pero también hay de los otros, capaces de venderles el alma al diablo, o a una empresa que pretende llevarse todo por delante. Si a usted no le queda claro lo que pasa en torno al principal deporte de nuestro país, haga un paralelismo con lo que ocurre con las zonas francas existentes en nuestro territorio. Empresas que se instalan, hacen su gran negocio y dejan unas pocas monedas, eso sí, incansables en la tarea de convencernos que como las pasteras crean un sin fin de puestos de trabajo. En la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), también los dirigentes de turno le han dado lugar a este tipo de empresas que por unos pocos pesos para los clubes de fútbol, que son los que reciben a los jóvenes futbolistas, los forman, les dan alimentación y les hacen hacer deporte sacándolos de determinados lugares de la sociedad con la importancia que ello tiene, se quedan con gran parte del negocio en torno a las pelotas, la de fútbol y la de basquetbol y como si fuera poco son los

dueños de las bicicletas de carrera y hasta de la voz de protesta que se emite desde arriba del tablado. Desde hace algunos años la FIFA, federación de amores y desengaños, le indicó a la AUF que actualizara sus estatutos. Ello implica por ejemplo darle participación al fútbol del interior y repartir la torta en más pedazos. Pero sin embargo al mejor estilo Maradona los dirigentes de la AUF fueron eludiendo pedidos y dejando correr el reloj. Pero el destino quiso que en la actualidad los verdaderos dueños de la pelota que son los futbolistas, dijeran basta. Formaron un fuerte sindicato y salieron al cruce de tantas injusticias. Como decía el periodista Enrique Yanuzzi: “los olvidados que dicen presente”. Nada es casualidad. Todo tiene que ver con todo. Un gobierno que hace como el tero, periodistas que defienden los intereses de sus patrones sabiendo que lo que están haciendo no es correcto, dirigentes acorralados y una gremial de jugadores que tranca fuerte y se hace sentir. No es casualidad que un día alguien me dijo que el presidente actual del sindicato de jugadores de fútbol, Michael Etulain, iba leyendo como el quinto libro de la vida del Che Guevara.


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