top of page

El imposible maridaje entre el pensamiento artiguista y la Constitución de 1830

  • Foto del escritor: La Juventud Diario
    La Juventud Diario
  • 18 jul 2018
  • 2 Min. de lectura

Jura de la Constitución de 1830. 1872, Juan Manuel Blanes (boceto)

Escribe el profesor Pablo Freire

Ente el vale todo creado por el discurso oficial y los medios de comunicación hegemónicos se proyecta algo así como un continuo entre el proceso artiguista y la primera constitución. Y para aumentar la confusión se nos dice y repite que con ese texto nació el estado democrático.

De hecho el primer texto constitucional aprobado por una Asamblea de representantes, después de la previa aprobación por parte de gobiernos extranjeros, representa la legalización de la derrota del artiguismo que ya se había producido en el campo militar y en de las alianzas de clase urdidas por la burguesía mercantil y terrateniente montevideana. El texto, al excluir a título expreso a las grandes mayorías compuestas por las mujeres, los esclavos y todos los hombres libres no propietarios, creaba una república a la medida de los poderosos.

Que pudieran realmente los integrantes de aquel patriciado ejercer la autoridad es otra cuestión, porque los habitantes de la campaña no iban a obedecer a quien apareciera blandiendo un “librito” –en palabras de Fructuoso Rivera- sino que seguirían acatando las cadenas de mando propias de las relaciones de vínculo y dependencia personal, es decir, a los caudillos.

Aunque el texto no fuera cumplido literalmente tiene su importancia como programa de los sectores dominantes de la época, que nunca dejaron de aspirar a que los derechos que los beneficiaban directamente fueran llevados a la práctica, como el de propiedad, aun al precio de apelar a una dictadura, como la del coronel Latorre.

A tal punto quedó firmemente instalado por escrito el interés de los grandes propietarios que si hubo modificaciones, nunca fueron sustanciales. Por ejemplo, la abolición de la esclavitud llevó a la población afrodescendiente masculina a los cuarteles, y del servicio prestado a la acumulación de capitales, ni gracias. Las mujeres recién avanzado el siglo XX consiguieron el derecho al voto; de los otros derechos recién ahora nos estamos enterando.

El hombre que escribía frases

Esta es la idea que pretenden inculcarnos sobre Artigas, como si nunca hubiera gobernado efectivamente con aportes concretos y como si nunca hubiera desarrollado su pensamiento con palabras y con actitudes. Solo frases a las que cualquier lector puede darle el sentido que le plazca, fuera no solo del contexto sino del contenido total del documento del que fueron extraídas.

Es verdad que Artigas dijo “mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”. Está escrita y posiblemente dicha dentro de un texto que explica el origen y funcionamiento de la autoridad del caudillo popular ante una audiencia integrada por los caudillos de los pagos de la Banda Oriental, que venían mandatados por aquella población que con armas en la mano protagonizaba entre otras cosas un inmenso plebiscito.

El artiguismo tiene tres bases ideológicas: el Congreso de Abril (del que las Instrucciones son una parte), el Reglamento de tierras y el Reglamento de comercio. Darle a esto una mínima expresión y asociarlo a una copia de las constituciones burguesas del siglo XlX es parte de la tarea de vaciamiento ideológico que se hace de la cultura popular.

Comments


Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
Noticias destacadas
Noticias recientes
bottom of page