Páginas sueltas II
- La Juventud Diario
- 12 jun 2018
- 5 Min. de lectura

Escribe el profesor Pablo Freire
Sangre de campeones...de la clase obrera Está en salas de estreno del país un documental sobre triunfos de futbolistas uruguayos en torneos internacionales. Un gran esfuerzo de producción, muy bueno en general, con algún déficit debido a los pobres conceptos de quienes aportaron en materia histórica y social. Vamos a tomar un solo caso, que nos muestra por qué el desarrollo del Uruguay fue modélico y aún quedan muestras que sobreviven al alud de influencias que vienen de los centros imperiales. Se trata de la construcción del estadio Centenario, que tiene dos aspectos bien interesantes. Uno es la inspiración del proyectista, el arquitecto Scasso, que proyectó una obra que desafió el paso del tiempo y de las modas. Obra que en definitiva quedó inconclusa, porque no se pudo terminar la fachada. El edificio, levantado algunos años después que el Palacio Legislativo, debería contar con un revestimiento acorde con éste, con mármol y granito. En el mismo año 30, además del fútbol, los uruguayos debieron ocuparse de los efectos de la gran depresión de 1929, que un año después golpeó al país. La caída de los ingresos del estado obligó a postergar los trabajos del revestimiento para un futuro que nunca llegó. Recordemos que el propietario es desde el comienzo la Intendencia Municipal de Montevideo y el proyectista actuaba como funcionario de la misma. Y al pasar se dice que los obreros trabajaban en tres turnos de ocho horas, es decir ya en ese año los trabajadores urbanos disfrutaban de esa conquista de la lucha universal de la clase. Era todavía el funcionamiento del modelo batllista de país, que se derrumbaría poco después entre los efectos de la crisis. Veamos ahora como se prepara el siguiente próximo campeonato mundial después de Rusia, el de Qatar (por ahora). La sede conseguida por medio de la corrupción –compra de votos- y el trabajo obrero en pésimas condiciones incluyendo un sembrado de muertes por accidentes laborales. ¡Vaya progreso!, de un estado fuerte y solidario a un modelo de explotación impulsado por lo que algunos llaman globalización.
El modelo de Singapur, o algunas de sus partes
Los grandes medios internacionales y sus sucursales locales no dejan pasar ningún argumento para la propaganda neoliberal, uno de los preferidos es el de las comparaciones con supuestos modelos que descubren por el mundo. Uno de los casos de moda es el éxito económico de Singapur, que nos enseñaría el maravilloso camino de la libertad y la apertura económica ilimitadas. Sin embargo hay algunos aspectos que dan que pensar dentro de esa orientación. Uno en materia económica, cuando vemos que además de la cartera de recursos liberales, funciona también la sustitución de importaciones, lo que implica una fuerte intervención del estado en la vida económica. Esta orientación es particularmente urticante para economistas liberales de nuestro país, porque fue uno de los estandartes de la política económica del segundo batllismo, que fue estatista. Está claro que ese sector del pensamiento, que no es patrimonio exclusivo de los partidos de derecha, incluye otras críticas al estatismo, hasta llegar a la máxima, a considerar casi un insulto la palabra populismo. Fíjese que al principal representante del batllismo de la época lo conocía como “Luisito”, una barbaridad. Y aparece otra incongruencia con Singapur, su sistema político es considerado autoritario, ya que el mismo partido ganas las elecciones desde la independencia, en la década del sesenta. Además de una legislación restrictiva de derechos ciudadanos. Pero no lo denuncian como autoritario, pese a que el fundador del régimen justificaba ese rasgo por motivos culturales e históricos. En cambio sí condenan por autoritario a Maduro, salvo Almagro que va desaforadamente un paso adelante entre los paniaguados del gobierno norteamericano y ya habla de dictadura. Goles uruguayos por el mundo, aunque sea en contra.
Canelones -o por lo menos Las Piedras-: reestreno de "La inconclusa"
En la transición municipal del Partido colorado al Frente Amplio se habló mucho de la herencia que el primero le dejaba al segundo. Hasta hubo un edil que anunció la publicación de un “libro blanco” en el que se iba a documentar todo el cúmulo de irregularidades que se iban constatando; pasó un tiempo más que prudencial y de tal libro ni noticia. Seguramente otro interés más inmediato provocó el olvido; el de ocupar los cargos políticos que dejaban los que se iban y, como no eran suficientes para el número de aspirantes, crearon más para repartir. Por ejemplo, transformaron cargos de carrera en políticos, como las subdirecciones generales. Y aun esto lo superaron con las obras, porque ahora hay una herencia en la sucesión del sillón del intendente dentro del mismo partido. El primero inauguró el comienzo de obras y el sucesor no las continuó. Y eso que algunas son emblemáticas o debieran serlo si las finalizan. Voy a citar tres y quedarían más. El proyecto de anfiteatro en el parque Artigas, del que se hizo el techo, pero sigue esperando el espacio para servicios junto al escenario y más que nada, las gradas. No hay ningún anfiteatro, desde los antiguos griegos a la actualidad que carezca de lugar adecuado para el público. Un poco de respeto hace falta para la gente, para don José y para el maestro Lena. El acceso a la ciudad por Doctor Pouey, al sur. Se anunció, cartel de obra mediante, la instalación de un acceso con algunas comodidades para vehículos y peatones, además de elementos decorativos, lo que se hizo en una cuadra. Pero el anuncio era de cuatro cuadras, lo que pasó al olvido de años, como el propio cartel, derribado por las inclemencias de varios inviernos. El corredor aeróbico junto a la avenida Pérez Aguirre (ruta 48) comenzó un proceso de transformación, por el que se sustituía la separación del tránsito mediante una barrera de acero por un enjardinado. Ahora, al cabo de varios años coexisten las dos formas, separada por un tramo de tierra de nadie entre la que estaba y la que no se hizo.
Desempolvando candidatos
Se vienen las elecciones y con ellas las candidaturas. Tras derrotas cada vez más duras, algunos colorados pensaron en un cambio de imagen y fue así que organizaron el desembarco del doctor Sanguinetti en Las Piedras. Como dijo uno de la barra de muchachos de la plaza ante la presencia de personajes peculiares apareciendo con frecuencia en la ciudad: “¿qué pasa, acá hay bajada?” Está claro que es una revancha. Fracasó en su intento de hacerse reconocer a nivel internacional como intelectual destacado, a ese nivel no se le perdona su papel en la ley de impunidad. Un papelón. El candidato de antaño vino con sus fantasmas propios, no los tanques rusos que ya no funcionan. Sigue con coherencia su lucha contra los sindicatos docentes y contra el movimiento estudiantil. O quizá algo en el aire local lo hizo sentirse como cuando era ministro de educación y con gesto de estadista mientras pregonaba su proyecto de ley de educación tildado de autoritario por sus opositores, invitó a los maestros a dialogar, los escuchó y de inmediato los mandó presos.
Comentarios