Editorial ¿Vuelve la derecha o nunca se fue? Hay que parar de recular en chancleta
- La Juventud Diario
- 4 may 2018
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La ausencia de propuestas en la política tradicional del partido de gobierno no es una novedad, más cuando ello se expresa en una actitud reiterada de justificar lo injustificable desde el punto de vista del desarrollo social. En los últimos años los dirigentes obreros y de su acople de alianzas, en el gobierno que van hasta lo más representativo del mundo empresarial y financiero, ha puesto progresivamente tanto al movimiento sindical oficial como al partido de gobierno ante una disyuntiva cada vez más difícil de sortear que reside en que las constantes concesiones al FMI y a los capitales monopólicos internacionales, empujan al gobierno en forma cada vez más abierta contra los trabajadores y el movimiento popular. En realidad, la pregunta que deberíamos formularnos desde el punto de vista de una política popular socialista y antiimperialista, debería ser que es lo que ha sucedido para que el movimiento obrero en su orientación y también dentro del gobierno que se autoproclama de izquierda, se diga en forma muy suelta de cuerpo que se viene la derecha y en forma reiterada por décadas, que es la Unidad Popular la que ha determinado tal situación. Parece un chiste, de esos que ya nadie se ríe, pero esto también se sostenía en los tiempos anteriores a la dictadura, o en Chile cuando asumió el fascismo Pinochetista, o más tarde cuando el socialismo se auto disolvió en la ex URSS, mientras se gritaba largamente que la “perestroika” era más democracia. En realidad el proceso de confrontación política y de ideas, en sus más variadas formas, ello no ha perdido intensidad hasta nuestros días, aunque ello no fuera consciente por el movimiento de quienes participaban activamente, en la lucha de política y social. Siempre las clases dominantes han tildado a quienes no son parte de ellas de saboteadores, de bandidos, de gente de mal vivir, o en las versiones más modernas de comunistas, de terroristas o de oportunismo, en una verdadera justificación de toda su política. Artigas fue un bandido, Aparicio un bandido, Zapata fue un bandido, Gaitán lo mismo, Sandino fue traicionado por Somoza, todos por cometer el delito de defender a los pobres en sus países, la lista es interminable, y a ello podríamos incluirle la vida de Farabundo Martí, y de José Martí. La lista es tan larga, como al mismo tiempo, aun inconclusas como sus obras. Lo que ha sucedido en estos días donde los salarios bajan, donde el proceso de privatizaciones y de recortes presupuestales son cada vez mayores de la mano del gobierno del Frente Amplio, hay quienes piensan que la derecha avanza, sin embargo se puede decir que ésta ha engordado largamente de la mano de políticas de privatizaciones y de crecimiento del endeudamiento externo e interno de la economía nacional, que producen el deterioro de la vida de los trabajadores y una enorme disgregación de la vida social y educativa de las masas. La derecha no se ha ido nunca, y sino que nos expliquen por qué existe la impunidad y no se avanza en materia de derechos humanos en el país por el camino de la investigación y el juicio a los culpables. En estos días los diputados del gobierno han llamado a los militares a que cuiden la frontera norte, cuando todo el mundo sabe que ello es un paso involutivo en nuestro país, para resolver los temas del crimen organizado en ascenso.
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