Sobre el Cilindro demolido el privatizado Antel Arena

Desde que hubo que demoler el Cilindro, tirar abajo esa parte emblemática de la historia de nuestro país, el Antel Arena es mirado con lupa, seguido con constancia, preguntado, investigado. Ahora hablan de un antes y un después en la historia del país, y sí… el antes lo desaparecieron y bien la tecnología, los cambios, el “primer mundismo”.

La construcción, sus plazos y sus costos, ha ido y venido, cosa lógica en cierto sentido, cambian los precios, los tiempos, las prioridades. Pero para al doble de los dólares necesarios parece un poco mucho, sobre todo cuando se fundamenta en cosas que no estaban integradas al presupuesto, pero eran de orden que si lo estuvieran, tales como: movimientos de tierra, costo de los “proyectistas”, rehacer la escuela, los espacios verdes, etc.

Uno de los puntos que omiten explicar es en manos de quién quedará el funcionamiento, al inicio explicitado que sería Antel el responsable, y hoy a manos de un privado. Tampoco, quizás por lo anterior, se dice cuánto ganaremos por año para ir cubriendo la inversión.

Hay un cuestionamiento, que parece ser un ejercicio más, del Tribunal de Cuentas sobre la inversión y ejecución del Proyecto, son “observaciones no ilegalidades” explicó Varela.

Nos llenan de lucecitas marketineras con la importancia del recinto, cosa indudable y la nueva era histórica que abrirá para el país.

Este año funcionó nuevamente el espacio a cielo abierto para actividades culturales, Anfiteatro Canario Luna, para unos 800 espectadores y mucho portland alisado.

Les dejamos la defensa realizada por Carlos Valera, la cual vale prestarle atención, porque todo es política.

“Los gastos son totalmente razonables, están dentro de las normas. Está bien, en política se puede discutir absolutamente todo y es legítimo, pero estamos ante un hecho absolutamente histórico, un momento icónico dentro de la historia del país, que se está transformando en un hito importante, una obra que el Uruguay precisaba desde hace muchísimo tiempo. En la comisión lo comparábamos con el Estadio Centenario en el 30.

Hay un antes y un después del Antel Arena una vez que esté inaugurado. Y no lo pensemos solo como un lugar para espectáculos deportivos o artísticos, es un predio ferial, es un centro de convenciones, es un centro de altísima tecnología que va a significar un salto para las empresas uruguayas que funcionan en el rubro de las telecomunicaciones, de la alta tecnología, del software, de la producción audio visual. Va a generar miles de puestos de trabajo en forma directa e indirecta. Va a colocar a Uruguay en el circuito de los grandes artistas internacionales que hoy no acceden a nuestro país porque no tenemos la infraestructura necesaria para ellos.

Eso redunda en nuestra calidad de vida, porque vamos a poder acceder a espectáculos que solo pueden acceder en el primer mundo. Estamos ante un hecho que no importa quien gobierne va a ser un orgullo para todos los uruguayos.

La obra sale 44 millones, donde están los imprevistos que seguramente no van a ser utilizados en su totalidad, por lo tanto va a ser una cifra muy cercana a la que se había establecida en un primer momento.

Hay una cantidad de obras conexas que son las que llevan el monto a 82 millones de dólares. Hubo que hacer un gran movimiento de tierra, hubo que demoler el Cilindro, hacer una escuela nueva, hacer una cancha de baby futbol nueva, se va a hacer un parque que va a ser para disfrute de todos de primerísimo nivel, cambia toda la estructura del entorno del cilindro. Todas las obras, más el proyecto ejecutivo que llevaron adelante más de 100 profesionales, es lo que llevan a un costo que, tomando en cuenta las repercusiones que va a tener en la vida de todos nosotros y lo que va a aportar al capital no solo cultural y social, sino económico y financiero del Uruguay, es una cifra absolutamente razonable.

Las objeciones del Tribunal de Cuentas son las mismas que le hacen a todos los organismos del Estado, que no son ilegalidades sino observaciones y que se pueden atender o repetir el gasto. Acá no hay ilegalidad, son diferentes criterios que respetamos. Los cuestionamientos no me sorprenden, esto es política”.

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