Oxfam, una ONG nauseabunda

La información viene de Londres. No solo hubo fiestas con jóvenes caídas en la miseria y obligadas a prostituirse en Haití entre la devastación del terremoto de 2010. Y no solo Oxfam está involucrada. En Gran Bretaña se extiende la mancha de aceite por el escándalo de abusos sexuales atribuidos a algunos voluntarios y coordinadores de ONGs de primer plano. Se trata de un escándalo que el gobierno de Londres amenaza sancionar con recortes de fondos en ausencia de garantías de transparencia para el futuro. La actual ministra de Cooperación Internacional, Penny Mordaunt, alzó hoy el tono de la investigación, denunciando en una entrevista con la BBC el "fracaso moral" de la dirección de Oxfam, una institución benemérita en muchos frentes, lista a menudo a denunciar violaciones (por ejemplo sobre el trato a los inmigrantes que viajan de Libia a Italia), pero ahora ella misma golpeada por la tormenta y la desgracia. El sórdido caso de Haití, puesto al descubierto por el Times en los últimos días, no parece ser algo aislado. El Observer, dominical del progresista Guardian, reveló hoy cómo operadores de la misma ONG fueron vistos frecuentando prostitutas, aprovechándose de la miseria ya en el Chad en 2006. Y casualmente bajo el liderazgo de Roland van Hauwermeiren, el mismo jefe de misión que se vio obligado a renunciar en 2011 (a raíz de una investigación interna informada a la agencia de control de la caridad del Reino Unido, pero no a la policía) por la participación personal en las supuestas "orgías haitianas". El Times va sobre un nuevo capítulo de la investigación dedicada a las sospechas más difundidas y más recientes: las 87 señalaciones solo en 2017 de posibles abusos sexuales o al menos comportamientos impropios atribuidos en países extranjeros necesitados de ayuda a personal de Oxfam (solo 53 de los cuales denunciados y con miembros licenciados), además de 31 atribuidos a empleados o colaboradores de Save the Children (apenas 10 denunciados) y dos a Christian Aid. Mientras tanto, la Cruz Roja británica admitió cinco casos de denuncias de molestias perpetradas por sus voluntarios en el país. Save the Children respondió en una nota haber "señalado a la prensa 31 casos de acusaciones sexuales que llevaron a 16 licenciamientos". Mark Goldring, la jefa ejecutiva reconoció que los comportamientos de una "pequeña parte" de su equipo fueron "vergonzosos".

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