Duras críticas al gobierno por el sistema penal juvenil y por su ausencia en el debate (audio)
- HST
- 27 nov 2017
- 9 Min. de lectura

Luis Pedernera (Cté. Derechos del Niño de la ONU, izq.) junto al sociólogo Luis Eduardo Morás. Foto: INDDHH
Se realizó días atrás por parte de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo el seminario "Proceso penal juvenil: el impacto de la reforma del proceso penal en el sistema penal juvenil". En la actividad participaron en diferentes mesas temáticas integrantes de organismos internacionales y de organizaciones no gubernamentales que trabajan con jóvenes privados de libertad, jueces, fiscales y abogados, ante un público formado mayoritariamente por trabajadores de centros de atención a menores.
Una de las mesas preveía un debate sobre las últimas modificaciones a la legislación en materia penal juvenil, habiendo sido invitados todos los partidos políticos con presencia en el Parlamento. Asistieron solamente Unidad Popular, representada por el educador Milton Rodríguez (PCR) y el diputado Daniel Radío por el partido Independiente.
Además de la realidad concreta del tema por el que fue convocado el seminario, el faltazo a la convocatoria del partido de gobierno, el Frente Amplio, fue particularmente marcada y cuestionada por diversos oradores, junto a la ausenia de blancos y colorados. Como muestra de los elementos que se expusieron, publicamos hoy el audio y la transcripción de la intervención del sociólogo Luis Eduardo Morás, a cuenta de otras intervenciones que iremos difundiendo.
"La izquierda está terminando muy bien la obra que pide la derecha"
En toda la jornada se habló de la reforma del Código de Procedimiento Penal de Adolescentes y hay algo que yo no llego a entender totalmente. Valoro muchísimo el esfuerzo de Diego Camaño en intentar explicar pero yo no logro entender, por qué adaptar es sinónimo de agravar, ¿sí?
Es lógico y es razonable decir: Bueno, tenemos un proceso acusatorio por un lado y un proceso inquisitivo por el otro... ¡Me di cuenta un mes antes! O sea un mes antes nos dimos cuenta de que había dos procesos. O sea eso quizás nos dé la pauta del lugar que ocupan los adolescentes dentro de las preocupaciones públicas, si no es simplemente encerrarlos por más tiempo en las peores condiciones. Pero yo no entiendo por qué esa lógica necesidad de adaptación tiene que ser sinónimo de agravamiento. Se habló aquí me dio la impresión que eso quería decir Diego, se habló en lo que comentaba hoy Denisse, de una coordinadora del Frente, donde había varios parlamentarios del Frente, que había acuerdos políticos interpartidarios, ¿Para qué se necesitan los acuerdos políticos interpartidarios, cuando tenés mayoría propia? Aparte los acuerdos políticos interpartidarios no pueden colisionar como decía bien Luis, con acuerdos firmados por el país a nivel internacional que mantienen determinado standard de derechos y garantías. Los acuerdos políticos interpartidarios muchas veces se pagan con una embajada y no con la necesidad de retacear los derechos y las garantías de los adolescentes. Algunos ahí dijeron: "Bueno, es una prueba. Dentro de un año vemos qué hacemos". Una respuesta absolutamente ingenua pensar que dentro de un año, en plena campaña electoral, se podrá retroceder y volver a los 90 días ó volver a un marco normativo que garantice derecho y garantías. Nadie allí pudo decir, pregunté explícitamente, quién era el padre de la criatura. No, es de padre desconocido. Nadie, nadie dijo: "esto yo lo defiendo explícitamente". Hoy hubo si se quiere una clara muestra de que no se hicieron presentes, nadie con orgullo dice el autor soy yo. Hay una actitud vergonzante en definitiva es un proyecto de un padre desconocido, no voy a decir que es un hijo bastardo, pero tiene algo de eso, ya que si se declara la inconstitucionalidad yo creo que va a ser un golpe bastante fuerte.
El modelo de seguridad
Una de las ideas que yo pensaba manejar en cinco minutos porque muy rápidamente, es el rol que juegan los medios de comunicación. Pensaba hablar de eso, ahora yo me pregunto: ¿qué pasó? ¿Hubo un crimen como el de La Pasiva ahora, que justifique esto? Como si uno podría decir bueno mirá que en 2013 estaba la ley de regularización de la marihuana, entonces había que dar mensajes en los dos sentidos, había un crimen de La Pasiva, como antes hubo un crimen “El Pelón”, el caso “El Pelón” que generó un marco normativo y uno decía bueno, son los medios de comunicación y el sistema político de alguna manera tiene que hacerse cargo de eso y dar un mensaje a la sociedad. Pero ahora no sé qué tipo de mensaje se le da a la sociedad, yo creo que como dice Rafael Bayce en una columna de Caras y Caretas, muy bien, la izquierda está terminando muy bien la obra que pide la derecha, con lo cual en definitiva si bien se derrotó la reforma constitucional, en definitiva los cambios se hacen de una manera mucho más sutil. De todas maneras yo creo que los medios de comunicación generan un estado de situación, definen una problemática construyen un campo simbólico que en definitiva termina haciendo parte del sentido común determinado tipo de solución. Hoy en día las políticas de seguridad básicamente son dictadas al ritmo de más policía, más cámaras de vigilancia y más leyes represivas. Ese es el modelo de seguridad ciudadana que ha instaurado una administración de izquierda, o progresista por lo menos, que ha logrado duplicar o triplicar la cantidad histórica de adolescentes privados de libertad. Recuerdo que desde la restauración democrática, durante toda la década del 90 la cantidad de adolescentes privados de libertad era de 200, 250. Eso es una cifra histórica y eso era el estándar de Uruguay a partir de la ley 19.055 se triplicó la cantidad, pasó a más de 700 y hoy se ha estabilizado en el entorno de los 500 adolescentes privados de libertad. En ese sentido bien, ¿cómo llegamos a esta situación? Bueno, yo creo que los medios de comunicación tienen un rol importante, pero también hay determinadas figuras públicas determinado liderazgo que terminan aceptando una idea del sujeto infractor que no puede trascender lo que es el propio acto delictivo. En definitiva el infractor no es otra cosa que aquello que nos anuncia lo que la infamia del acto delictivo nos dice de él. ¿Qué quiero decir con esto? Ya no hay más condicionamiento estructural, ya no roban para comer. Esa idea de que no roban para comer está en la derecha pero está también en muchos de los de la izquierda que los definen también como “lumpen consumidores”. No hay más necesidad estructural, no hay más condicionamiento estructural, no roban para comer. En un mundo en donde las dos terceras partes –de acuerdo a un diagnóstico que hice en el año 2015- de los adolescentes privados de libertad provienen del municipio A y D. Los dos municipios que reúnen los peores indicadores sociales, lo iba a desarrollar pero eso no da el tiempo, pero claramente hay un sesgo territorial de aquellos adolescentes que están privados de libertad que viven en los dos municipios que resumen los peores indicadores sociales, dos de cada tres viven en los peores municipios. A pesar de ello, ya no roban para comer. Así robaran para consumir, apenas digo lo que una guía de Bauman, hoy en día todas las ideas de felicidad terminan en una tienda, o sea ya no es el pan con mortadela sino que las necesidades son otras. Está después la idea también de que perdieron la cultura del trabajo, no quieren trabajar.
Es lamentable ver a dirigentes del PIT-CNT compartiendo esa idea de que se perdió la cultura del trabajo. No hermano, lo que se perdieron fueron las fábricas. Antes de perder la cultura del trabajo, cerró la compañía BAO, cerró la Funsa, cerraron las textiles de Veracierto, se perdió el tejido urbano, el tejido social, esa idea de solidaridad, se perdió el trabajo, como tal, el empleo seguro, estable que generaba algún sentido de pertenencia.
Es bastante lamentable ver que aún así vuelvo al diagnóstico del SIRPA de los 530 adolescentes que estaban privados de libertad en el año 2015, el 80%, 8 de cada 10, adolescentes que estaban privados de libertad habían trabajado en algún momento en su vida. Sí, trabajado. Ni qué hablar de los 46.000 adolescentes que se presentan al progama “Yo estudio y trabajo”, bueno todo lo que se podría decir de esto. “Ya no tienen códigos, perdieron los valores” otra de las ideas de que son enajenados culturales, y que eso es lo que explica los niveles infraccionales. Eso es absolutamente indefendible, esa idea de que no tienen códigos. ¿Cuáles son los códigos? ¿Por qué cambiaron los códigos? ¿Qué es lo que cambió? ¿Quién explica eso? Nadie lo explica, y en todo caso las reglas de convivencia van variando y adaptándose a los sucesivos ciclos.
Uruguay en la cima
Después está la idea de un Fiscal -muy mediático él- dice “el delincuente hace cálculos si le resulta negocio delinquir”. Funcionan como empresas, son sujetos racionales, son pequeños capitalistas en los cuales afanar es un boleto, entran por una puerta y salen por la otra. Disparates como por ejemplo decir que en Uruguay se cometen 500.000 delitos y como simplemente van 6.000 personas procesadas con prisión por año, se esclarece solamente el 1% de los delitos. O sea que en realidad tendría que haber 500.000 uruguayos que fueran presos correspondientes a los 500.000 delitos. Es un absoluto disparate la confusión entre la unidad de análisis delito y delincuente, presuponer que cada delito es cometido por un delincuente, bueno, con connotaciones muy serias… Y ese fiscal es el que adquiere una relevancia mediática que va generando un estado de opinión pública que en definitiva después todo el mundo termina diciendo que solamente va preso el 1% de los delincuentes, ¿sí? Uruguay en tasas de privación de libertad, los 500 adolescentes que tiene privados de libertad nuestro país, indican una tasa de privación de libertad de 16 adolescentes cada 100.000 habitantes. Y se habla de la impunidad del sistema de justicia juvenil, 16 adolescentes privados de libertad cada 100.000 habitantes ¿Cuántos privados de libertad hay en Chile cada 100.000 habitantes? 7 ¿Cuántos hay en Colombia? 7. ¿Cuántos hay en Ecuador? 4, en Paraguay 5, en Brasil 10. Uruguay 16. Si tomamos cada 10.000 adolescentes, o sea si tomamos la proporción de privados de libertad en función de la cantidad de población adolescente, en Uruguay hay 19 adolescentes privados de libertad cada 10.000 adolescentes comprendidos entre 13 y 17 años, y Brasil tiene 8. El resultado de eso es que son impunes, entran por una puerta y salen por la otra. No hablemos de los adultos la tasa de privación de libertad de adultos que ya es por todos conocida. Entonces con las enormes cifras de privación de libertad que tiene Uruguay que esa es la realidad real, se construye el hecho alternativo que pone de moda Trump, la posverdad de que son impunes, que entran por una puerta y salen por la otra.
“El problema es la droga”, otro de los mitos. El problema es la droga, se reduce todo el problema de la infracción, es que es un consumidor de droga y comete rapiña. ¿Qué ocurre antes del consumo de droga?, bueno a mí eso no me interesa. ¿Qué ocurre después de la rapiña con la privación de libertad?, tampoco me interesa. En definitiva reduzco el problema, una visión reduccionista, que el problema empieza en la droga y termina en la rapiña. Por lo tanto todo lo anterior no me compete, todo lo posterior tampoco.
En definitiva tanto si se dice que es un problema cultural, como que no hay condicionamientos estructurales, como que es un problema de droga, el problema es tuyo. Hay una individualización en definitiva de la cuestión criminal, que viene a romper con lo que era una tradición de análisis del problema en nuestro país. Ya desde Washington Beltrán en 1910 “Cuestiones sociológicas lucha contra la criminalidad infantil”, hoy en día es un libro imposible de ser pensado, porque no hay ninguna cuestión sociológica, es una cuestión individual, es un problema de responsabilidad tuya que estás desaprovechando las enormes oportunidades que te ofrece el país de estudiar y de trabajar y de progresar. Y eso se traslada y me parece que es muy peligroso porque en definitiva los adolescentes son un observatorio de toda la sociedad. Va más allá del problema adolescente y de la cuestión criminal adolescente, yo creo que es un modelo de sociedad que como decía Margaret Thatcher, una sociedad que no existe, lo que existen son individuos, lo que existen son familias. Desaparece sentir esa cuestión sociológica y esto tiene consecuencias más amplias, la más inmediata para los adolescentes, la más directa es que la única solución frente a un individuo infame, que no tiene ningún condicionamiento cultural, que optó por la vía delictiva para satisfacer sus necesidades, obviamente la cárcel. No hay otro destino posible para una persona que se define en definitiva como un delincuente, no hay otro destino posible que la cárcel. Pero me parece que trasciende mucho más a la sociedad en general, daría para otra ponencia, pero ya es mayoritaria la opinión de los uruguayos que piensan que los pobres son pobres por su propia culpa. Los programas sociales -eso se habló hoy también- empiezan a ser medidos por el impacto que tienen en la reducción de la criminalidad, dejan de ser un derecho como decían los compañeros de la mesa anterior, dejan de ser un derecho y empiezan a ser evaluados como factores de prevención del delito. Yo creo que en definitiva no se está yendo por el camino adecuado y bueno, no se avizoran demasiadas soluciones. Lo dejo por acá, gracias.
Comentarios