Los compañeros en nuestra memoria
- La Juventud Diario
- 30 oct 2017
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LOPEZ, Carlos Andrés. Muerte: 29/10/70- Acción del MLN. Uruguay. Era el hijo menor de una familia de posición económica modesta y alternó sus estudios con el trabajo en la provisión de su padre. A su ingreso en el segundo ciclo de enseñanza secundaria, en el IAVA, empezó a actuar en el plano gremial integrando hacia 1967 una agrupación estudiantil independiente. Fue uno de los tantos estudiantes que se formaron en medio de las movilizaciones del año 1965. Estuvo en las manifestaciones enfrentando con coraje las fuerzas represivas. Conoció el rigor de la prisión política en los cuarteles y sintió varias veces lo que era estar dentro de un furgón de la Metropolitana recibiendo palos. La lucha gremial le fue ordenando su vida en relación a su inquietud por la lucha social, hasta que a principios de 1969 se vinculó al MLN donde por sus méritos y una gran capacitación política, superó rápidamente el primer nivel de integración, empezando a participar en pequeñas acciones que lo confirmaron como futuro cuadro de acción. Dejó sus estudios y su militancia gremial a fines de 1969, se empleó como cobrador en una sociedad médica al tiempo que su actuación en las filas del MLN se inició hacia el aparato militar. Participó en varias operaciones menores coadyuvantes con otras de mayor envergadura. Desarrollando su tarea cayó el 29 de octubre de 1970, en el Bowling de Carrasco. Tenía sólo 21 años y las condiciones básicas para dar muchos más por la lucha revolucionaria.
RHON FERNANDEZ, Roberto. Muerte: 29/10/70 Cayó en la acción del 29 de octubre de 1970. Pudo haberse salvado pero los esbirros de las fuerzas represivas lo dejaron morir entre las ruinas del Bowling de Carrasco, luego que un comando tupamaro destruyera ese local de diversión de oligarcas nacionales y agentes norteamericanos. Lo identificaron por sus ropas en principio, las mismas por las que lo habían reconocido sus compañeros de trabajo asalariado en el campo. Su padre, que era esquilador, murió de tuberculosis, siendo muy joven. La familia se vio obligada a emigrar a Montevideo y Rhon pasó a ser fundamental apoyo económico. Aprendió el oficio de cortador zapatero y empezó a trabajar. Paralelamente hizo cursos de electrotecnia en la Universidad del Trabajo, que después abandonó a causa de su militancia. El trato con religiosos en su Lavalleja natal había incidido en su formación y siendo adolescente se hizo católico práctico, relacionándose a varias instituciones vinculadas al catolicismo, entre ellas los Boy Scout. Luego tuvo alguna militancia en el PDC. Ninguna de estas actividades, ni aún su posterior ingreso al MLN lo hicieron desprenderse de las obligaciones familiares que había contraído, especialmente con su madre. Siguió con su trabajo de zapatero hasta el día de su muerte. Tampoco perdió nunca su modo de ser: era retraído, taciturno y por ello, así como por los rasgos asiáticos de su rostro, dulce y aparentemente sin expresión, sus compañeros de lucha lo llamaron "el Viet Cong".
LARROSA CRUZ, Juan Carlos, "Marcos". Muerte: 29/10/70. Asesinado en una acción del MLN. Ingresó al MLN a principios de 1969 asumiendo tareas generales. Hacia diciembre de ese año pasa a integrar el aparato militar de la Organización. Pronto se destacó por su contracción al trabajo militante al que destinó sus mejores esfuerzos. Tuvo a su cargo tareas de gran responsabilidad dentro del sector en que actuó y las supo desempeñar a entera satisfacción. Tenía 24 años cuando encontró la muerte. El vehículo en que viajaba junto con otros compañeros fue sorprendido por un grupo de choque de la Guardia Metropolitana, que les lanzó varias ráfagas de metralleta. Dos balas se alojaron en la espalda de "Marcos" que iba en el asiento de atrás. Al sentirse ametrallado le dijo a sus compañeros "Estoy herido, no puedo mover las piernas, no cuenten conmigo" Las balas lo habían paralizado de la cintura hacia abajo. Una nueva ráfaga perforó el neumático y el auto se detuvo. "Enrique", que iba al volante, al ver a Marcos baleado bajó y con las manos en alto gritó «no tiren, tenemos un compañero herido». Lo desmayaron de un culatazo y después el teniente Carlos Dos Santos abrió la puerta y arrastró a Marcos, que no podía moverse, agarrándolo por el cuello. Lo dejó caer y le descerrajó un tiro en la cabeza. Marcos fue rematado a sangre fría luego de ser detenido. Hacía poco más de un año y medio que integraba el MLN y en ese lapso había participado en más de 20 operaciones.
BLEIER HOROVITZ, Eduardo. Detenido-desaparecido el 29/10/75 en Uruguay. Nació el 12 de noviembre de 1927. Era casado, con 4 hijos, dirigente del Partido Comunista. Fue detenido el 29 de octubre de 1975, presumiblemente en la calle. Aunque las autoridades no reconocieron su detención y se le mantuvo incomunicado, fue visto por varias personas detenidas en diversos centros clandestinos de reclusión: entre el 29 y 30 de octubre de 1975, en una casa particular de Rambla República de México 5515 que utilizaba Inteligencia del Ejército; posteriormente en un galpón ubicado a los fondos del Batallón Nº 13 de Infantería dependiente de la OCOA, que anteriormente había sido utilizado como taller mecánico por el servicio de Material y Armamento; alrededor del 12 de diciembre una persona lo vio sacar de allí en muy mal estado físico y mental y entre el 6 y el 10 de febrero fue visto nuevamente allí. Alcides Lanza, que conocía a Bleier desde hacía 20 años, estuvo detenido en el Batallón 13 y testimonia: En dos o tres oportunidades tras violentos forcejeos con los torturadores me arranqué la capucha que tenía puesta y vi a Eduardo Bleier que estaba siendo sometido a salvajes torturas por un grupo de hombres. Lo identifiqué clara y positivamente sin duda alguna y confirmé con ello la certidumbre que tenía, derivada de que había reconocido perfectamente su voz durante largo tiempo, tanto en tono normal como en alaridos desgarradores que profería al ser torturado". 1. La Comisión para la Paz considera confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Eduardo Bleier Horovitz (C.I. Nº 499.228), porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que: a) Fue detenido en la vía pública el 29 de octubre de 1975, entre las 21 y las 22 horas. b) Fue llevado a un centro clandestino de detención, sito en la Rambla República de México Nº 5515 y luego al Servicio de Material y Armamento, situado a los fondos del Batallón de Infantería Nº 13. c) En ambos lugar fue intensa y continuamente torturado, falleciendo finalmente entre el 1º y el 5 de julio de 1976, en fecha que no puede señalarse con mayor precisión. 2. Sus restos –según la información recibida- habrían sido primero enterrados en el Batallón 14 de Toledo y después exhumados, incinerados y tirados al Río de la Plata.
ESCUDERO MATTOS, Julio Lorenzo. Detenido-desaparecido el 29/10/76 en Uruguay. Nacido el 27 de marzo de 1943 en Colonia. Casado, padre de una hija, era empleado bancario que militaba en su gremio y en el Partido Comunista. El 11 de marzo de 1976, integrantes del FUSNA allanan su casa y al no encontrarlo dejan cuatro personas que permanecen en su domicilio hasta el 17 de marzo. Dice su esposa, Rosa Martínez: "A partir del 8 de marzo diariamente recibía llamadas telefónicas de mi esposo. La última fue el 29 de octubre. Desde entonces no tuve más noticias de él. El 9 de enero de 1977 dos funcionarios de Inteligencia y Enlace llegaron a casa, la revisaron totalmente y se llevaron un documento de identidad de mi esposo, fotos y libros. Al preguntarles por él, me contestaron que me dirigiera a Castro y Raffo, (lugar donde se proporcionaba información sobre los detenidos mientras estaban incomunicados). El 16 y 17 de febrero se publicó el requerimiento de Julio. Durante muchos meses fui infructuosamente a buscar información. Un día logré entrevistar al Tte. Cnel. Albornoz, quien me dijo que mi esposo se había ido a Buenos Aires, lo que no creí. Desesperada e impotente consulté al Dr. Hamlet Reyes, presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Individuales del Consejo de Estado. Admitió que Julio había sido detenido por el ejército. Luego la consejera Sra. de Silva Ledesma negó la detención". Una persona que conocía a Escudero y estuvo detenida en el Batallón 13 de Infantería oyó su voz y también a un militar que lo nombraba. Además él mismo fue interrogado sobre las actividades políticas de Escudero. 1. La Comisión para la Paz considera confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Julio Lorenzo Escudero Mattos (C.I. Nº 1.341.701), porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que: a) Fue detenido el 29 de octubre de 1976, después de la hora 20 en la vía pública. b) Fue trasladado a las dependencias del Servicio de Material y Armamentos, ubicado en el predio del Batallón Nº 13 de Infantería. c) Fue sometido a torturas y falleció a consecuencia de ellas en una fecha que no se ha logrado individualizar con mayor precisión, entre el 30 de octubre y el 5 de noviembre de 1976. d) Con posterioridad a su fallecimiento y para ocultarlo, se practicó un allanamiento en su domicilio, en la calle Pilar Costa Nº 68, y apareció requerida su captura a través de un comunicado de prensa de las Fuerzas Conjuntas emitido el 16 de febrero de 1977. 2. Sus restos –según la información recibida- habrían sido primero enterrados en el Batallón 14 de Toledo y después exhumados a fines del año 1984, incinerados y tirados al Río de la Plata.
BANFI, Daniel; JABIF, Guillermo (Willy) y LATRÓNICA DAMONTZ, Luis. Muerte: 30/10/74 en Argentina. Fueron secuestrados de sus domicilios el 12 de setiembre de 1974. Ese día ocho individuos armados que dicen ser de la Policía Federal, irrumpen en el domicilio de Guillermo Jabif, uruguayo, de 24 años, asilado político, y se lo llevan diciendo que es “para aclarar su situación”. Esa misma madrugada ocurre lo mismo con otros cuatro uruguayos radicados en Bs. As. como refugiados políticos: Daniel Banfi (23 años, casado, dos hijas); Luis Latrónica (24 años, casado); Rivera Moreno (23 años) y Nicasio Romero. Inmediatamente de producidos los secuestros, los familiares de los secuestrados empiezan una infructuosa búsqueda a través de innumerables organismos públicos, medios de prensa y de derechos humanos (Ministerios, embajadas, parlamento, juzgados, dependencias policiales, etc.); se realizan denuncias en la prensa, ante organismos internacionales, así como a personalidades uruguayas también refugiadas en Buenos Aires: Michelini, Erro, Ferreira Aldunate, Gutiérrez Ruiz. El 15 de octubre a la una de la mañana son liberados a dos cuadras del hotel donde vivían, Nicasio Romero y Rivera Moreno y ambos salen de la Argentina bajo la protección de la ONU para Suecia. De Jabif, Banfi y Latrónica no se sabe nada. A sus familiares se les dice que existe la posibilidad de que no estén más en territorio argentino. El 28 de octubre, familiares de Jabif y de Banfi concurren al despacho del juez federal, Dr. Luque (actuante en el secuestro anterior de otro uruguayo), quien se compromete a “tender lazos” entre amigos personales que tiene en la Policía Federal. A las 20 horas del 30 de octubre el juez Luque concurre a una cita con los familiares con el diario La Razón de ese día, que en su quinta edición informaba de la aparición de tres cadáveres sin identificar aparecidos en un pozo de San Nicolás, a 235 km. de Buenos Aires. Sobre las 22 horas del día 29, vecinos del lugar observaron la presencia de tres vehículos con alrededor de quince personas en la zona donde fueron encontrados los cuerpos. El día 30 de octubre de 1974, un campesino de la provincia de Buenos Aires vio tierra removida y le llamó la atención, por lo que al excavar halló los cadáveres, que habían sido enterrados de manera rudimentaria, al borde de un camino, en medio del campo. Habían sido acribillados a balazos y sus cuerpos bañados en ácido y cal viva para dificultar su identificación. Presentaban huellas de haber sido sometidos a atroces torturas. En el hospital de San Antonio de Areco, los familiares, con dificultad por el estado en que se hallaban, reconocen que se trata de los cuerpos de Guillermo Jabif, Daniel Banfi y Luis Latrónica. El informe forense dice “heridas múltiples de bala”, pero eran visibles las marcas de tortura, mutilación de genitales, tajos en piernas y brazos; habían sido bañados en ácido y cal viva, seguramente para evitar la identificación. La desnutrición era tal que prácticamente tenían la piel adherida a los huesos. Fueron 47 días secuestrados en los que sufrieron toda clase de torturas. Los habitantes de San Antonio de Areco pidieron a los familiares que dejaran los cuerpos allí en el cementerio local, para que quedaran como símbolos de la lucha de un pueblo hermano. Nunca faltan flores en las tres sepulturas. Parte de lo publicado en el Nº 52 de Las Bases del 3/11/85
BRIEBA, Juan Manuel. Detenido-desaparecido el 30/10/75 en Uruguay. Nació el 5 de octubre de 1937. Soltero, de profesión carpintero, militante del Partido Comunista, trabajaba en el diario El Popular. Su madre, Elena Brieba declara: "Yo vivía sola con mi hijo, que era carpintero. Juan Manuel de a poco iba levantando las paredes de la casa; los vecinos lo apreciaban mucho porque era honesto y trabajador. El 3 de octubre de 1975 a las 2 de la tarde llegaron a mi casa dos hombres de particular, armados, que ataron de pies y manos a mi hijo y nos llevaron a los dos en un auto verde, con los ojos vendados, delante de los vecinos. Yo creí que nos iban a soltar enseguida, busqué el monedero y saqué algo pensando que íbamos a tener sed y podríamos tomar algo cuando nos dejaran libres. Ese dinero me lo sacaron. A mi hijo y a mí nos separan; yo soy llevada a un lugar que no pude reconocer nunca, me tienen con los ojos vendados y me dicen que me van a soltar. Estuve dos días; oía quejidos y el llanto de una mujer. Después fui trasladada a otro lugar, donde, por debajo de la venda, pude ver a mi hijo que también estaba vendado, atado de pies y manos, muy pálido y en mal estado físico. Todos teníamos un número, el mío era el 63. El 4 de noviembre, estando vendada, me hicieron firmar un papel: luego alguien me pone un papelito en la mano y lo primero que yo pienso es que es una cartita de mi hijo. Me sacan y me sueltan en el Prado, de noche tarde, en una calle oscura. Cuando llego a una luz veo que lo que llevo en la mano no es una carta, sino un billete que me dieron, seguramente para que pudiera tomar el ómnibus. Al llegar a mi casa, mi vecina me dice que me quede a dormir con ella. Al otro día los vecinos me dicen que mi casa fue robada íntegramente; me acompañan y me doy cuenta que se han llevado todo: desde las herramientas del taller hasta una cafetera de aluminio, la heladera, la estufa, el primus, sábanas, frazadas, todo. Un vecino decide ayudarme a hacer la denuncia porque su hijo se sentó en el murete y apuntó todo lo que se llevaban y hasta las chapas de los autos. (...) Hice muchas gestiones para ubicar a mi hijo. En el Comando General del Ejército la última vez me dijeron que mi hijo nunca había sido detenido. Cuando manifesté que yo fui detenida con él un soldado me encañonó y tuve que retirarme". El gobierno uruguayo respondió al pedido de informes de la CIDH de la OEA diciendo el 25 de mayo de 1984, que Juan Manuel Brieba no se encuentra como detenido ni como procesado. 1. La Comisión para la Paz considera confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Juan Manuel Brieba (C.I. Nº 951.153), porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que: a) Fue detenido en su domicilio, sito en la calle Carlos de la Vega Nº 5934, el día 30 de octubre de 1975. b) Fue llevado al Servicio de Material y Armamento situado a los fondos del Batallón de Infantería Nº 13, donde fue sometido a torturas. Falleció el día 4 de noviembre de 1975, al caer al vacío desde el segundo piso del edificio, hallándose esposado y con los ojos vendados, verificándose su deceso en forma instantánea. 2. Sus restos –según la información recibida- habrían sido enterrados primero en el Batallón 14 de Toledo y después exhumados a fines del año 1984, incinerados y tirados al mar.
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