Opción por los pobres,el camino del Cura Mauricio
- hva
- 15 jun 2017
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El 14 de junio de 1977 las fuerzas de la dictadura argentina secuestraban y desaparecía en una calle de la ciudad de Buenos Aires al sacerdote uruguayo Kléber Silva Iribarnegaray, el cura Mauricio como lo recuerda la gente.
En la tarde de ayer, en la Parroquia San Juan Bautista , en Pocitos, se colocó una baldosa en cerámica en la fachada del edificio con una leyendo alusiva a lo ocurrido y se realizó una misa en la que se destacaron sus valores y la entrega de quien como dijo durante su intervención el sacerdote Jorge Techera fue un mártir.
Durante otra de las intervenciones también se recordó al matrimonio uruguayo conformado por José Michelena y Graciela De Gouveia, secuestrados y desaparecidos también en ese mismo 14 de junio de 1977 en Buenos Aires.
Techera resaltó la presencia del Pastor de la Iglesia Metodista , Ademar Olivera.
Mauricio nació en Montevideo el 20 de setiembre de 1925 . Mauricio fue su nombre religioso y familiar que adoptó en su Confirmación , siendo seminarista salesiano. Fue maestro en la Patagonia, lugar que le dejó profunda huella, comenta Gloria Sellera , en un material distribuido en la tarde de ayer durante la actividad.
Para solventar económicamente a su madre viuda pasó al Clero Diocesano de Montevideo siendo muy bien recibido por el Cardenal Antonio María Barbieri conocedor de su espiritualidad y cualidades personales.
Participó como mediador entre la Iglesia y el líder de los cañeros , Raúl Sendic, experiencia que lo marcó profundamente.

En la fachada de la parroquia se colocó una cerámica
Supo interpretar y poner en práctica las pautas de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, realizando una lectura sabia de los documentos de Medellín.
En el año 1970 entró como novicio en la Fraternidad de los Hermanitos del Evangelio- continuadores de la espiritualidad de Charles de Foucauld-en La Rioja, con Arturo Piolli, siendo Obispo Enrique Angelelli. En 1972 fue clasificador de residuos en Santa Fe, Rosario. La represión ya se sentía sobre todo con los que participaban en actividades sociales y religiosas.
En los primeros meses del año 1973 Mauricio va madurando su proyecto de comunidad evangelizadora y de acompañamiento de los barrenderos municipales , en condiciones de trabajo paupérrimas. Su deseo era “ser el más pobre entre los pobres, el último entre los últimos. La calle lo ponía en contacto con el pueblo y sus necesidades , las que satisfacía con gusto. Así trabajó en el gremio municipal ayudando a que no se privatizara el barrido de la zona del Corralón de Floresta, siendo muy reconocido por sus compañeros.
En el año 2003 se sancionó una ley para la ciudad de Buenos Aires, por la cual el 14 de junio se establecía como el Día del Barrendero Municipal. Como homenaje a Mauricio y en él a todos los recolectores de basura. En el año 2014 se sancionó otra ley para toda Argentina.
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