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“Es más fácil instalar pasteras si PIT CNT dice OK UPM”

  • Redacción La Juventud
  • 29 may 2017
  • 7 Min. de lectura

Teivo Teivanen es un académico e investigador finlandés, profesor de Políticas Mundiales del Departamento de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Helsinki, pero que también viene desarrollando su actividad académica en América Latina, particularmente en la Universidad de San Marcos de Perú. Activista del Foro Social Mundial, Teivanen ha formado parte de delegaciones de la Unión Europea como observador en procesos electorales (Bolivia, 2006).

La semana pasada participó en un debate convocado bajo la pregunta “¿Colonialismo de papel?” realizado en la sala Julio Castro de la Biblioteca Nacional. “Vine para entender, estudiar y aprender de la situación de las pasteras finlandesas”, aclaró al comienzo de su exposición, declarándose “sorprendido con el interés que hay sobre el tema”, ante una sala con buena asistencia. “No sé si el capitalismo tiene patria”, afirmó Teivanen en un claro español, al comenzar a reseñar que durante la visita a su país de la delegación encabezada por Tabaré Vázquez meses atrás, los finlandeses se interesaron al ver al Presidente uruguayo hablando sobre el conflicto con la multinacional Philip Morris por el tabaquismo, "nadie le preguntó 'y qué tal el otro tipo de humo´, eso fue por si acaso una pregunta prohibida en la Facultad de Medicina de Finlandia”, ironizó. Junto a Teivanen expusieron visiones locales Lizzie Díaz del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales y Viviana Barreto de Redes Amigos de la Tierra. Tras sus respectivas intervenciones se dio un intenso intercambio con el público que asistió a la sala de la Biblioteca Nacional que lleva el nombre del maestro desapareido durante la dictadura cívico-militar. En esta primera nota reseñamos la intervención inicial del investigador finlandés, cuyo audio puede escucharse y descargarse al final de este texto.

Dentro de las entrevistas que ha comenzado en nuestro país para su investigación, relató que “me sorprendió que me recibieran jerarcas de UPM, en este caso hay un hermetismo excepcional, aunque menor que cuando comparan los periodistas las actitudes con la otra empresa grande Stora Enso que está acá. Me doy cuenta que muchos piensan que solo es sueca esa empresa, tiene sede en Finlandia, es más finlandesa en ese sentido".

“A Stora Enso le pasó que una vez en Finandia le contó a la prensa que en una reunión interna en Brasil el Movimiento Sin Tierra había amenazado con violencia. Esa reunión fue grabada y la grabación se recibió en Finlandia, donde se demostró que el MST no había amenazado con violencia, la empresa mintió, y desde entonces Stora Enso ha quedado para los periodistas como una empresa que miente", indicó.

Stora Enso, recordó, es una empresa con participación del Estado, 35% de sus acciones es controlado por el estado finlandés, por eso como activistas podemos hacer más presión desde Finlandia. UPM es privada. “Una pregunta que quiero hacer es que siempre hablan acá de UPM como empresa finlandesa, pero tiene participación de un 9% una empresa de acá, el grupo de Juan Otegui. ¿Por qué tiene tan bajo perfil eso, y por qué no hablan de que es una empresa de coparticipación? Dicen que el grupo Otegui quiere mantener eso en un perfil muy bajo, porque el 9% no es solo simbólico, ya en una empresa que genera ganancias de ese tamaño es un porcentaje bastante grande, entonces no sé por qué eso no se visibiliza más”, apuntó el investigador.

Tiempos diferentes de gobierno y empresa

Más adelante indicó que “hay tratado de protección de inversiones entre Uruguay y Finlandia, hay claúsulas de protección de inversión de diferentes tipos, que muy claramente restringen la soberanía democrática de un país, eso pasa en todos los países que firman eso, es un hecho por definición, en Finlandia también”.

“¿Donde está el límite para un gobierno que ahora aparece muy necesitado, un gobierno que dice sí o sí esa inversión la necesitamos, la queremos, y la vamos a tener? Con una firmeza que me sorprende, mientras la empresa dice que ‘ni hemos comenzado a negociar’, el gobierno dice que ya está. Y como comentan recientemente informes de bancos como BBVA y otros, todas las proyecciones de PBI y números macroeconómicos dependen fuertemente de ese factor. Es algo que parece jugoso y ventajoso par la empresa, si el otro está tan desesperado, qué cosas puedo exigir yo. Obviamente puedo exigir un montón de cosas, y son cosas materiales, como cuanto pago de cannon. Tengo entendido que de cannon UPM (en Uruguay) paga 700 mil dólares, ese es el número que se maneja, que es una ridiculez, es superpoco. Paga más impuestos en la época de la construcción, pero luego por ser zona franca muy poco”, subrayó. En la epoca de construcción de las plantas, reafirmó Teivanen, “hay impacto social porque genera más empleo, pero después de los años de la construcción queda muy poco de eso, como muestran los números”.

“Entonces, ¿quién se beneficia? Se beneficia el PBI, eso es claro, pero quién se beneficia si se beneficia el PBI, especialmente si el crecimiento del PBI es hasta cierto punto ficticio”, interrogó, “si en el PBi entran insumos que no entran como dinero real para gasto social en el país, pero igual inflan al PBI. Eso es un dato interesante en este momento de capitalismo financiarizado, que al tener la cuenta macroeconómica, PBI, balanza comercial bien, cuando voy a hablar con prestamistas, con mercados financieros, con quienes definen si tengo grado de inversión o no, al tener PBI aunque sea ficticiamente inflado, puedo tener mejores tasas de interés, entonces lo ficticio se convierte en un efecto real, que me imagino que es también uno de los motivos del gobierno, sin hablar de la reelección y todo eso”.

“Hay un ciclo electoral y todos prácticamente lo dicen, que si viene la inversión y si viene a tiempo va a tener un impacto electoral. El tema es que cuando hablo con la empresa y ellos hablan de cuanto años va a llevar tomar la decisión final sobre la inversión, me suena como que lo que dice el gobierno de cuando comenzaría la construcción y lo que dice la empresa de cuando podrían hacer la decisión sobre cuando comenzar, son temporalidades muy diferentes. Lo que dice el gobierno se ajusta mejor al ciclo electoral, pero vamos a ver, es una incógnita porque la negociación está bajo un manto de secretos que por lo menos en Finlandia ha comenzado a molestar un poco, ha comenzado a surgir un poco más el tema del hermetismo de la empresa”, insistió Teivanen.

“Acá en Uruguay no sé hasta qué punto molesta, no sé hasta qué punto piensan que es un problema más allá de los números, mas allá de los impactos económicos, sociales y ambientales, el hecho de que para garantizar una inversión hay que hacer compromisos con transparencia, por ejemplo. En Finlandia hay ahora cambios legislativos donde es más facil para inversionistas esconder sus propiedades e inversiones, y hay toda una tendencia para cubrir más cosas bajo un manto de oscuridad de secretos, dentro de quien es dueño de qué, y de qué manera se negocian las condiciones para qué cosas, y a mí me parece problemático”, valoró el investigador finlandés.

Ulises y las sirenas

El conferencista apeló a la mitología giega en La Odisea para comentar que “luego alguien dice ‘pero si el gobierno democráticamente hace esa decisión de restringir la soberanía nacional para proteger la inversión’, es una cuestión filosófica si eso es democrático en sí o no. Yo a veces en mis clases uso el ejemplo de Ulises, quien cuando va a travesar donde hay sirenas, y mucho viento y tormentas, dice ‘de ahí me van a llamar, pero si quiero ir ahí vamos a morir todos, entonces, atenme las manos. Atenme las manos para que yo no pueda actuar libremente, pero para poder viajar con tranquilidad'. Entonces, en el momento de tener las manos atadas por su propio pedido Ulises pregunta si es libre o no. Es una pregunta relevante para pensar si un país como Uruguay al definir que vamos a restringir nuestra soberanía nacional con decisiones como claúsulas de protección de inversiones, que significa que futuros gobiernos, futuros Parlamentos tienen su manos atadas para buscar otro tipo de regulaciones. Por ejemplo si resulta que un daño ambiental aparece en algún sitio, entonces el Parlamento definiría que necesitamos una nueva ley para regular eso, viene la empresa y dice ‘no no, hay una cláusula de protección de las inversiones y no van a poder hacer eso, o si van a hacerlo vamos a llevarlos a unas instancias jurídicas o cuasi jurídicas trasnacionales’, algo que pasó con Philip Morris, y si muchas veces las empresas salen ganando, aún cuando pierden dicen que salen ganando porque van a darle una lección a los paises de que es más costoso y todo eso, y el efecto de saber que al tener esas claúsulas quizá mejor lo pensemos un poco más en vez de hacer una regulación ambiental para que el río Negro no se dañe tanto”.

Teivanen no pasó por alto el apoyo de la central sindical Pit CNT a la instalación de las pasteras en nuestro país, afirmando que “una cosa que es obvia es que para un gobierno de centroizquierda -aunque ahora lo conversé con gente del Pit Cnt y no estaban tan de acuerdo con eso-, es más fácil llevar adelante un proyecto de desarrollo capitalista que para un gobierno de derecha. Porque en una gira de Tabaré Vázquez, cuando va a Finlandia y hay gente que pregunta si en estas empresas habrá algo de colonial, porque dicen los argentinos, etc, entonces les dicen 'No, acá está presente el Pit Cnt y el Pit Cnt dice OK, UPM OK’. Entonces, si los trabajadores del país dicen OK, movimientos de solidaridad de Finlandia dificilmente van a poder decir que hay algo colonial, imperial, si su contraparte en Uruguay dice eso. En Brasil eso lo hemos visto también”, añadió.

“El gobierno -sostuvo sobre el final de su intervención Teivo Teivanen- muchas veces justifica esas inversiones diciendo las necesitamos para tener gasto social, para tener capacidad para politicas sociales. Pero primero tienes que poner mil millones de dólares o algo así para construír algo para la empresa, estos mil millones son algo que por lo menos parcialmente se podía usar para el gasto social, entonces ahí el argumento no suena muy convincente”, expresó, subrayando que “no es el tipo de mejora del PBI que ayuda a las politicas sociales, entonces la pregunta es a quien beneficia”.

HST

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